El arte como material de trabajo, el libro viejo, sus historias, su autenticidad. Esas imperfecciones, ese olor que tienen los documentos históricos, el valor de la historia a través de los ojos de los poetas, pintores, escultores de nuestra historia más contemporánea.
Imaginad que un día entra por la puerta una pareja que aman el arte de esa manera, que están dispuestos a llevar su pasión y profesión a un ámbito nuevo y necesitan que tú les ayudes a dar forma a una plataforma digital donde albergar este material único.
Pues eso nos ha pasado a nosotros y desde el primer momento pudimos disfrutar de potenciar una marca desde el susurro y no el estruendoso ritmo de la publicidad o el marketing.
El cuidado de una estética sutil y discreta que otorga el protagonismo a su materia prima y rehuye de destacar y aparecer lo más alto posible de un resultado de búsquedas en favor de ser localizados por aquellos que encuentran el encanto de buscar, investigar y descubrir.
Una re-fórmula de la marca, unas aplicaciones determinadas de dicha marca, un catálogo versátil para eventos internacionales y una web componen el universo creado para la librería El Astillero.
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